¿Recuerdas la clase de historia en la que te hablaron sobre a civilización persa? Bueno, probablemente así como yo pasabas esa clase más dormido que despierto, así que te platicaré que esta fue una cultura extremadamente rica e influyente, se dice que supo atraer a los mejores intelectuales de la época para así florecer como nación, construyendo ciudades tan importantes como Susa o Persépolis. Si aún no recuerdas esa clase entonces continúa leyendo, te será interesante.

Era una civilización exitosa en todos los sentidos, uno de sus más reconocidos fue la gestión del agua tanto en ciudades como en el campo. Su imperio se extendía por climas semidesérticos, desérticos y áridos castigados por la sequía y las altas temperaturas.

Entre sus mejores inventos destacan los pozos de hielo y los qanat (infraestructura subterránea capaz de recoger y canalizar el agua de lluvia de los acuíferos y valles para transportarla hasta las ciudades y regadíos). Fue tan brillante idea que actualmente son considerados Patrimonio de la Humanidad y aquí te mostramos porque.

La técnica de los qanat se desarrolló en Persia en el I milenio a. C., y se extendió lentamente hacia el este y el oeste. Se encuentran qanat en el norte de África, en países como Marruecos, Argelia y Libia, también en el Oriente Medio, como por ejemplo en Irán, y al oeste de Afganistán, hasta la India y China.

Lo primero que se hacía era cavar un pozo principal (o pozo madre como también se le llamaba) sobre una colina, hasta alcanzar un acuífero.

Enseguida se construía un túnel casi horizontal desde el pie de la colina hasta la fuente de agua, el cual debía poseer declive, así permitiría el descenso del agua, por un lado, y su control y racionamiento, por el otro. Cuanto más largo era el qanat, menor debía ser su declive.

Además del pozo madre, se cavaban pozos secundarios que unían el túnel horizontal con la superficie. De esta manera era posible la ventilación para su construcción y mantenimiento, así como vía de acceso para los trabajadores, y evacuación para la tierra.

El qanat era ¨encargado¨ de recoger el agua de los acuíferos y así era posible evitar su evaporación durante el transporte. También podían instalarse diferentes represas para retener su flujo o acumular cierto caudal. Incluso se sabe que en el interior del qanat había zonas de reposo para los trabajadores, depósitos de agua y molinos hidráulicos. ¿Increíble no crees?

Cuando el agua terminaba por filtrarse, el caudal terminaba siendo limpio y potable así que podía consumirse o bien, otros más la utilizaban para el riego. Lo más increíble es que los habitantes podían hacer canalizaciones privadas en el edificio especializado en gestionar el agua que se obtenía, el cual se ubicana al final del qanat.

Se dice que el gobierno persa estaba obligado a construir los qanat, que transportaban el agua desde la montaña hasta la ciudad, así como sus extensiones para los baños y cisternas públicas. Incluso, los acaudalados podían realizar una extensión hacia sus tierras, claro, con dinero todo era y es posible.

Y si crees que los qanat han quedado atrás ¡te equivocas! Pues actualmente continúa funcionando y permitiendo un reparto equitativo y sostenible del agua de la zona. Definitivamente fue una gran idea, ahora entendemos porque es Patrimonio de la Humanidad.

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Fuentes: Unesco.org, La voz del muro, History Copled, Wikipedia ,

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