Abandonó a su madre en un asilo, minutos antes de su muerte ella le dice algo que le cambió la vida

Una historia que seguramente te conmoverá pues nos deja ver cuando infinito es el amor de una madre por su hijo, las últimas palabras que una mujer le dijo a su hijo antes de morir, ¡te partirán el corazón!

Lamentablemente para muchos los padres terminan convirtiéndose en una carga cuando llegan a una edad avanzada y aunque ellos cuidaron de nosotros al ser pequeños y durante toda nuestra vida hasta que decidimos dejar su hogar, tristemente en muchas ocasiones los hijos no son capaces de hacerse cargo por igual de sus papás y prefieren dejarlos al cuidado de personal médico, ignorando que no siempre todo es color de rosa y con el pensar de que están mejor cuidados terminan ignorando el calvario que en realidad habrán de vivir.

Una pequeña familia conformada por papá, mamá e hijo, terminó separada al fallecer el padre pues el hijo decidió que lo mejor era que su madre pasara sus últimos años de vida en un asilo para estar ¨mejor¨ atendida. Prometió visitarla a diario pero sólo lo hacía de vez en cuando justificándose con el supuesto exceso de trabajo, la falta de tiempo, su vida social que estaba abandonada, su relación de pareja, etcétera, y cada vez se olvidaba más de su madre.

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Un día inesperado, el hijo recibió una llamada del asilo y dudó en responder, seguramente era su viejecita queriendo fastidiar pero finalmente la atendió y fue informado de que su madre estaba muriendo y era necesario que se presentara de inmediato. El hijo no podía con el remordimiento de haber abandonado a su madre y al estar junto a ella le dijo que le pidiera lo que fuera, cualquier cosa haría por ella, sin dudarlo, la anciana respondió con una voz cansada y poco clara:

"Por favor, coloca ventiladores en los espacios de este asilo en donde pasé tantos años. También proporciona refrigeradores para que los que permanezcan aquí y los nuevos, disfruten de comidas sanas y no alimentos echados a perder, que como yo, no se vayan a dormir muriendo de hambre y calor, también acude a las autoridades correspondientes para que inspeccionen el lugar, mucho personal no está capacitado para atendernos y muchas condiciones no son aptas para nosotros, hazlo por mí, en honor a tu madre."

Con un nudo en la garganta el hijo reprochó a la madre que nunca le hubiese hablado de ello, pues según él de habérselo pedido hace mucho se lo hubiera concedido (ojalá su respuesta hubiese sido otra, como por ejemplo que la hubiese llevado con él), con la mirada triste y perdida, la madre respondió:

"Terminé acostumbrada al hambre y calor pero nunca a tu abandono, esperé cada día y cada noche aquí que me regalaras siquiera unos minutos de tu tiempo, ahora mi miedo es que tu no logres acostumbrarte a esto pues estás expuesto a que cuando estés viejo tus hijos te traigan aquí y se olviden de ti... aunque juro por Dios que es lo último que deseo."

En el siguiente vídeo podemos ver imágenes que nos muestras las distintas actividades recreativas que los abuelos llevan a cabo en una casa de cuidados diarios:

¿Por qué si tienen hijos son abandonados en estos lugares? ¿Es que acaso ellos no merecen ser cuidados como cuidaron a sus hijos? Esperamos que esta historia haga reflexionar a muchos, ellos merecen todo nuestro respeto y amor, ¡no los abandonemos! COMPARTE esta historia con tus conocidos.

Basada en la información del blog AunqueDiosFB.

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