“Esta CARTA es para mi papá, el hombre que me creó y no me quiso”

Todos sabemos la importancia que papá y mamá tienen en nuestra vida, cuando uno de los dos pilares se desploma, nuestra vida suele ser diferente a la del resto de los niños, no queremos decir que esta se venga abajo porque a decir verdad la parte que permanece muchas veces hace un mejor papel que si estuviesen los dos presentes en la vida de su hijo, sin embargo, a pesar del esfuerzo y la dedicación de esa parte, ambos son indispensables en nuestra vida.

Las familias no siempre suelen ser iguales, existen muchas muy grandes y otras con pocos integrantes pero todas tienen un valor único. Sin embargo, también es cierto que es muy importante que cada miembro trabaje para lograr salir adelante. Aunque cada una tiene un valor especial, las familias conformadas por hijo(a) y papá o mamá, suelen ser las más valiosas debido a que estas le otorgan más valor a la unión, más esfuerzo, más dedicación, compañía, apoyo y un amor tan grande e incondicional dispuesto a otorgar en todo momento. 

Desafortunadamente son miles de personas las que deciden abandonar su hogar y desaparecer de la vida de su hijo; las causas principalmente son inmadurez e irresponsabilidad. Se pierden de todo lo hermoso que conlleva el ser padre ignorando que el destino tarde o temprano pone a cada uno en su lugar y entonces recibimos lo que merecemos. La vida es tan sabia que nos termina otorgando tiempos perfectos para todo, incluso para el perdón y cuando por fin somos capaces de perdonar y soltar, es que logramos ser verdaderamente felices.

A continuación te mostramos las palabras que una joven dedicó a su ¨padre¨; el hombre que la creó pero no la quiso:

“Papá:

Ni siquiera sé si debo llamarte así porque a decir verdad no lo mereces pero tampoco sé tu nombre y sinceramente ya han pasado tantos años que, ya no importa cual es. Pensarás que he de enumerarte los reproches pero no es el motivo de mi carta aunque no lo creas, no te odio, ya no importa ni duele tu abandono, tú falta de amor y tu ausencia, lo único que deseo es agradecerte y perdonarte.

Si, perdono tu ausencia incluso en aquellos momentos que marcaron un antes y un después en mi vida, sin embargo, hoy sé que gracias ello soy una persona fuerte, independiente y muy valiente. Ya no duele y no importa si no estuviste presente en los festivales de mi escuela en donde todos asistían con sus papás, ¿sabes por qué? porque jamás asistí sola, yo siempre fui acompañada de mi abuelo, ese gran hombre quien si merece que lo llame padre y quien supo llenar perfectamente tu lugar, el lugar de alguien que jamás me quiso.

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Aunque te parezca increíble, ese hombre maravilloso nunca habló mal de ti, simplemente para nosotros jamás exististe, sabía que en alguna parte del mundo te encontrabas pero no en el mío. Ese estupendo hombre ha sido mi mayor ejemplo a seguir, me ha hecho fuerte, me ha enseñado a ser agradecida con la vida, a ir tras mis sueños y nunca dejarme vencer. Lo más importante es que me enseñó lo que es ser un verdadero padre pero que aun sin tener el mío, yo no era diferente al resto.

Por su parte, mi abuela me enseñó a ser educada, responsable y respetuosa, incluso a saber afrontar las consecuencias de mis actos y estar consiente de cuando merecía un castigo por una mala acción cometida. Mi madre en cambio puso el doble de dedicación, de esfuerzo, de amor, de atención y de todo lo que debí tener de tu parte, ya no duele más si no me quisiste, hasta ello te he perdonado. Ni siquiera puedo imaginarme con que fuerzas mi madre ha logrado sacarme adelante pero es una mujer sumamente valiosa, lástima que no supiste verlo y preferiste huir. Todo lo que soy se lo debo netamente a ella y a mis abuelos.

Ya el no tenerte a mi lado no tiene importancia, eso no me ha hecho caer, al contrario, es mi motivación para salir victoriosa de mis batallas, ir tras el éxito y triunfar, no es una demostración para ti sino para mí, de todo lo que soy capaz de hacer. Ya el dolor de tu abandono se ha esfumado, tu falta de interés y sobre todo de amor, todos esos factores terminaron haciéndome invencible así que ello también te lo agradezco.

Mi más sincero deseo es que encuentres paz y felicidad en tu corazón. Aunque seas el hombre que me creó pero no me quiso, yo te perdono.

Atentamente, tu hija.”

Si esta carta te ha conmovido, COMPARTE con tus seres queridos. Dichosos los que permanecen sin importar las tormentas que se avecinen, dichosos los que afrontan la gran tarea de ser padres.

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