Esta mujer puso a miles de niños en cajas y bolsas de basura hasta que la descubrieron. La razón ...
¨Presta
tu ayuda siempre a todos los que lo necesiten¨, es la frase que marcó la vida de
Irena Sendler, quien nació en 1920 en Varsovia, Polonia y aunque esta era la
frase favorita de su padre y luego se
convirtió en la de ella, ninguno imaginó que traería terribles consecuencias en
sus vidas.
Cuando
sólo tenía 7 años de edad, Irina sufrió una terrible perdida con la que se
quedaría con un vacío que nadie lograría llenar: su padre murió de tifus. Para continuar
con su legado, decidió ser enfermera en el Departamento de Bienestar Social de
Varsovia, su padre había sido un gran médico que amaba profundamente su
profesión. Además de ser una excelente enfermera, disfrutaba de poder ayudar a
las personas ofreciéndoles comida y ropa a aquellos que más necesidades tenían,
entre ellos los judíos a pesar de los perjuicios que existían en aquella época y
a pesar de ser católica, siempre les brindó una mano a los que la necesitaban
sin hacer distinción.
En 1939, Irena decidió unirse a la Zegota alarmada por las
injusticias, que era una especie de consejo dedicados a ayudar a los judíos ya
que para ellos el infierno había comenzado pues los nazis crearon el Gueto de Varsovia, en donde se les excluía. La valentía de Irena
junto con su bondad y la de otros colaboradores, los llevaron a arriesgar su
vida pues a escondidas comenzaron a sacar a los niños judíos del gueto, en
donde si permanecía, lo único que les esperaba era la muerte. Una vez fuera los
llevaban a orfanatos o familias de acogida y aunque esta era una gran
oportunidad para salvar sus vidas, no todas las madres accedieron a perder a
sus hijos para dejarlos con extraños. Como era de esperarse, dichas familias
fueron trasladadas a los campos de la muerte sin importarles la edad y allí
podrás imaginarte cual fue su final.
Para poder sacar a los niños del Gueto, Irena tuvo que buscar
distintas formas en las que nadie sospechara lo que hacía pues había una fuerte
supervisión de cada acción que acontecía. En algunas ocasiones los sacó en
ambulancias con personas que debían ser trasladados de inmediato a un hospital,
pero debido a que la vigilancia cada vez aumentaba más y se mostraban más
estrictos con las salidas, comenzó a esconderlos en cestos de basura, sacos y ataúdes.
En una ocasión, Irena metió a una bebé de tan sólo 5 meses en
una pequeña caja de madera en un cargamento de ladrillos, la pequeña Elzunia
sólo se quedó con una cuchara de plata como recuerdo de su familia, la cual su
mamá escondió en su ropa cuando con lágrimas en los ojos tuvo que despedirse de
ella.
.
Más de 2.500 niños son a los que le salvó la vida Irena y de
todos tuvo registro, los cuales siempre escondió en los botes que su vecina
tenía en el jardín. Todo marchaba de maravilla y se sentía feliz con cada niño
al que lograba rescatar de un cruel destino, sin embargo, toda la felicidad se
derrumbó cuando fue descubierta por los nazis y entonces la detuvieron y
encarcelaron. Allí sufrió constantes torturas sin importar que fuera mujer y
que también fuera nazi. Jamás dio ningún dato sobre los niños a los que salvó y
como era de esperarse, la condenaron a muerte.
Tras esto sus colaboradores lograron sobornar a un soldado
para que la ayudara a escapar y se marchó lejos, inició una nueva vida con otra
identidad pero jamás se olvidó de quien era ni de la frase que tanto solía
decir su padre, así que continuó ayudando a los que la necesitaban.
Cuando por fin la guerra dio fin, Irena entregó los datos de
los niños que guardaba en aquellos botes en el jardín de su vecina al Comité de Salvamento de los Judíos Supervivientes. Logró formar
una familia con un buen hombre y tuvo 3 hijos. Nunca se arrepintió de lo que
hizo, al contrario, se sentía orgullosa por ser fiel a sus principios y a la
enseñanza que le dieron sus padres de ayudar de corazón sin hacer distinción
por la raza, religión o nacionalidad, simplemente ayudar al que más necesita.
Irena murió en el 2008 con 98 años de edad, un año antes fue
nominada al Premio Nobel de la Paz. Su hermosa labor no se olvida pues fue
capaz de arriesgar su propia vida por salvar la de miles de niños. No cabe duda
de que esta mujer tuvo un gran y hermoso corazón, y aunque ella haya fallecido,
su recuerdo continuará latente en el corazón de todos aquellos niños a los que
salvó.
Condenada a pasar su vida en silla de ruedas , producto de las torturas, vivió callada sin jactarse de lo que había hecho. Es la mujer más bella. Es el rostro mismo de la bondad. ¿no
crees? COMPARTE esta hermosa
historia con los demás en honor a Irena, la enfermera con corazón de oro. Su actuar se merece todos los likes del mundo ;)
.
Historias que valen la pena compartir, no olvides apoyar con un like su hermoso ejemplo.
Fuente: upsocl
Esta mujer puso a miles de niños en cajas y bolsas de basura hasta que la descubrieron. La razón ...
Reviewed by Samantha Olivares
on
11:31:00
Rating: