Ella tiene 4 años y su marido 30. Cuando sepas por qué se casaron llorarás de alegría

Abby es una niña de cuatro años de edad internada en el Hospital Albany en Nueva York, uno de los mejores centros para atender el cáncer en el planeta. Allí la pequeña lucha cada día contra la devastadora leucemia.

Aún siendo ella tan pequeña, un hombre entró en su vida. Se trataba de Matt hickling, su enfermero favorito quien, luego de escuchar de boca de la madre de Abby que la pequeña estaba emocionada por ir al hospital porque lo vería y quería casarse con él, decidió que cumpliría su sueño.

Foto: Facebook

En menos de 24 horas Matt y el resto del equipo en el hospital lograron organizar la boda. Abby llevaba un vestido de princesa blanco y fue su madre quien la acompañó por la habitación sobre un camino de rosas hacia donde la esperaba el "novio" mientras todos tarareaban una marcha nupcial; pero la pequeña corrió a los brazos de Matt apenas este le dijo: "ven aquí pequeña".

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La doctora Jennifer Pearce ofició la boda: "Estamos aquí reunidos hoy en el Centro Melody para ser testigos del matrimonio de Matt y Abby", dijo la doctora, comenzando de manera formal la ceremonia. Pero la pequeña Abby estaba feliz de romper el protocolo y emocionada dijo "esto es tan dulce", una enorme sonrisa iluminó su rostro mientras Matt tomaba sus manos.

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Y entonces, antes de que la Doctora Pearce pudiera decir nada más, Abby decidió tomar la boda en sus propias manos y preguntó a Matt: "¿Te casarías conmigo?"

"Claro que sí", respondió él, y sellaron los votos con una fuerte abrazo y anillos de caramelo.

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"Nunca dudé en aceptar", reconoce Matt, quien recibió la autorización de la madre de Abby para publicar la dulce historia en su facebook.

"Tomamos un paseo por el pasillo del hospital en nuestro auto de "recién casados" (bueno, yo la empuje) y regresamos para el pastel y para tomarnos fotografías." Matt dice que uno de los doctores ayudó a Abby a embarrar pastel en la cara del novio.

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Fue un sueño hecho realidad para la pequeña; todo gracias al desinterés y el deseo de hacer feliz a los demás que Matt y el resto del hospital comparten y viven cada día. Sin duda un gesto que nadie olvidará nunca. 

Este enfermero comprometido con su profesión es un ejemplo de dedicación y vocación para todos nosotros. Acciones como estas nos dejan de manifiesto que, aún en las situaciones más dolorosas, la bondad de tus actos siempre logrará hacer feliz a alguien más.

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Fuente:
DailyMail