Al entrar al hospital, ya sabían que la niña de 17 años iba a morir, era su decisión...

Jen es una chica de 17 años que asiste al instituto en un pequeño pueblo llamado Pocatello en Idaho, Estados Unidos. 


Ha entrado en gran conflicto con la decisión que ha tomado como adulto, su historia te desgarrará el corazón.



Jen se hizo muy amiga de un chico llamado Jason, con el que compartía cada día de su vida, juntos asistían al instituto pero un día Jen comenzó a faltar constantemente debido a los terribles dolores de cabeza que sufría. Pensó que quizás sólo era estrés pues estaban en exámenes finales, sin embargo, estos eran tan frecuentes y fuertes que decidió ir con un médico para determinar a que se debían. Tras varios estudios pudieron descubrir que Jen tenía algo en su cabeza de aproximadamente 2 cm de diámetro. Al momento del diagnóstico le informan lo más terrible: Jen tenía cáncer.


Para sobrevivir el médico le recomendó iniciar cuanto antes con quimioterapias.
Tanto para la familia de Jen como para su inseparable amigo Jason, ésta fue una terrible y dolorosa noticia que sin duda les cambiaría la vida. Sin embargo, trataban de mostrarse fuerte por Jen para apoyarla y alentarla.

Casi al mismo tiempo de su diagnóstico, Jen recibe la noticia de que está embarazada, un hecho que cambiaría absolutamente todo.

La situación de Jen no era fácil, ella debía recibir la quimioterapia cuanto antes, de lo contrario su vida se acortaría cada vez más, pero si continuaba con ella quien no tendría la oportunidad de nacer sería su bebé, una difícil decisión que debía tomar como una persona adulta, sin embargo, fuera cual fuera esta, sería respaldada tanto por Jason como por su familia.

Jen tomó la decisión de continuar con su embarazo y suspender la quimioterapia, dar su vida a cambio de la de su bebé. Después de 9 meses nació el pequeño Chad, Jen y Jason no cabían de la emoción pero sabían que esta no les duraría mucho tiempo, pues la salud de Jen se encontraba en estado crítico.


Jen siempre pensó que había tomado la mejor decisión, amaba a su bebé por sobre todas las cosas y lo único que deseaba era pasar el mayor tiempo posible con él antes de fallecer.

Jen sólo tuvo 12 días para disfrutar del pequeño Chad. Un día simplemente ya no despertó, falleció con su bebé en brazos.

Su amor de madre era tan grande que no le importó dar su vida a cambio de la de su bebé, se fue feliz de haber dejado en la tierra un pequeño ángel, sabía que Jason cuidaría perfectamente de él.

Estamos convencidos de que ahora Chad tiene un ángel que lo cuidará por siempre y guiará cada uno de sus pasos.

Jen fue una guerrera que decidió su amor de madre por encima de su vida, estamos convencidos de que cuando Chad crezca se sentirá infinitamente agradecido y orgulloso de Jen.

¨Da la vida, no la muerte. ¨


Ayúdanos a compartir la conmovedora historia de Jen, en donde se muestra el amor infinito de una madre hacia su hijo. 
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creditos: NLC
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