Tuvo que realizar una entrega a un padre con cuatro niños. Pero no pudo soportar la imagen que contempló cuando...

El que creía que sería un día normal de trabajo para un joven repartidor de pizzas, terminó siendo una gran lección de vida acompañado de una escena que no olvidará jamás.

Billy trabajaba como repartidor de pizzas para poder pagarse sus estudios, lo hacía desde hace algunos años así que le resultaba fácil saber quiénes eran clientes frecuentes, quienes dejaban buenas propinas, quienes no daban nada, quienes te contaban una historia fantasiosa con tal de justificar  el no darle nada y quienes en realidad tenían una historia increíble.

Había de todo, pero nunca imaginó que un día normal como cualquier otro al hacer una entrega, conocería una historia que le tocaría el corazón y que permanecería en su recuerdo por el resto de su vida.

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El repartidor compartió su anécdota en su cuenta de Facebook, la cual tuvo diversas reacciones, comentarios y terminó por conmover a muchísimas personas, estas fueron sus palabras:

Como todos los días comencé a hacer entregas en diferentes domicilios. Al llegar a uno de mis últimos destinos me topé con una pequeña casita que por su fachada exterior me imaginé que por dentro sería igual, muy humilde y sencilla. Al tocar a la puerta me recibió un hombre que lucía desganado, vencido por el cansancio y que además, lucía triste. No pudo ocultar su pena y vergüenza cuando me entregó la propina, un billete de un dólar que a decir verdad era mucho más de los que muchos me dan.


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A través de la puerta pude ver sentados en la mesa a cuatro pequeños que esperaban hambrientos la pequeña pizza para la que les alcanzó y la cual tendría que ser repartida entre cinco personas. No pude evitar sentirme sumamente triste con aquella escena. Incluso después de retirarme esta continuó en mi mente y entonces decidí hacer algo por aquella familia.
Terminé mi jornada y me dispuse a preparar un banquete; dos pizzas grandes de distintos ingredientes, porciones de alitas de pollo y patatas fritas, elegí unos refrescos y me dirigí de nueva cuenta a la casa de aquella familia que había conmovido mi corazón.
Al tocar de nuevo la puerta el hombre me abrió con un semblante de no entender que hacía de nueva cuenta en su casa. Saqué todo lo que les había preparado y entonces se lo ofrecí. El señor no pudo evitar el llanto y no paró de darme las gracias. La sonrisa volvió al rostro de los pequeños y mirar como devoraban todo con un gran gusto, fue la mejor propina que pude haber recibido en toda mi vida.
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El hombre quiso agradecer mi gesto ofreciéndose a pagar apenas lograra tener dinero pero lo que él no sabía es que con esta nueva escena que mis ojos contemplaban ya me estaban pagando.
No mejoré la situación económica de aquella familia pero al menos les regalé un momento de felicidad. Con esto es que puedo afirmar que cuando las personas tratan bien a otras, algo bueno como esta ocasión puede ocurrir.
Ellos terminaron con el estómago lleno y yo con el corazón más contento.
Historias como esta son las que vale la pena compartir. Un hermoso gesto lleno de generosidad y bondad que esperemos logre inspirar a muchos. Este hombre se merece todos los "likes" del mundo.

Si la historia te ha gustado, COMPARTE con tus seres queridos.
Fuente:Rolloid.net





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Tuvo que realizar una entrega a un padre con cuatro niños. Pero no pudo soportar la imagen que contempló cuando... Tuvo que realizar una entrega a un padre con cuatro niños. Pero no pudo soportar la imagen que contempló cuando... Reviewed by Samantha Olivares on 9:19:00 Rating: 5