Un hombre de Virginia llamado Richard Norris se disparó accidentalmente a los 22 años de edad en el rostro, destrozándose así barbilla, labios, nariz, lengua y dientes. Richard quedó completamente desfigurado y esto le impedía comer y hablar normalmente.

Para él, la situación ha sido sumamente difícil, pues no logra salir a la calle sin ser señalado, pues todo aquel que lo observa lo hace con expresión de horror. Esto lo llevó a encerrarse mucho tiempo en su habitación durante el día y salir sólo por las noches de vez en cuando. Tanto le ha afectado la situación que ha intentado suicidarse un par de veces y en cada intento ha fallado.

Sorprendentemente 15 años después de aquel terrible accidente que le cambió la vida, irónicamente la muerte de otra persona termina salvando la de él.

Su salvavidas termina siendo un joven de 21 años de edad quien es atropellado por un coche al cruzar la calle de noche, trágico accidente que le ocasiona muerte cerebral. Pese al dolor de los padres, el médico se arriesga a hacerles una petición poco usual: trasplantar la cara del joven a la de Richard.

Lo anterior los deja en shock completamente, se encuentran destrozados pero aun así deciden considerarlo. Después de una larga charla entre ambos, le dan la noticia al médico de que aceptan su petición, finalmente nada le devolverá la vida a su hijo.

Después de ello, el médico le da la ¨gran¨ noticia a Richard, aunque a decir verdad le confiesa que nunca se ha realizado un trasplante total de cara, pero Richard accede sin importarle las consecuencias y aunque sólo tiene un 50% de probabilidad de éxito, decide arriesgarse.

La operación afortunadamente termina siendo todo un éxito a pesar de que han sido 36 horas las que se le han invertido. Cuando despierta, ve su nuevo rostro y parece increíble cómo le vuelve a dar vida al joven que falleció. Richard se siente muy afortunado de tener una nueva oportunidad, pues después de tantos años nuevamente se siente un hombre completo.

Años después, Richard recibe una visita que no esperaba pero que se vuelve muy especial: la hermana del joven fallecido lo visita, pues quiere volver a ver el rostro de su hermano que vio durante 21 años y que injustamente le fue arrebatado. Cuando por fin lo mira no puede evitar romper en llanto, parece increíble como su hermano vive a través de alguien más.

Lo único que Norris puede hacer en ese momento es agradecer el que sus padres hayan accedido a cambiarle la vida, pues sin duda fue un acto muy bondadoso que no cualquiera estuviera dispuesto a hacer. Un historia que es un claro ejemplo para fomentar la donación de órganos. Comparte y no olvides dejar un like.

Fuente:El Huffington Post

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